MARÍA ÁNGELES FERNÁNDEZ JORDÁN - Las Diosas esenciales

LAS DIOSAS ESENCIALES

“La materia-energía, ni se crea ni se destruye,

tan solo se transforma”.

(Principio de la ciencia)

“La religión es como la poesía: humana, mítica, metafórica. Es poesía,

y viene del latín religare, que significa unir a los hombres”.

(L. R., Profesora chilena de Filosofía exiliada en Madrid,

mi profesora de ética y filosofía entre 1980 y 1984).

De todo el mundo clásico (Grecia y Roma), para la supervivencia de la cultura, y la organización del mundo tal como hoy lo conocemos, solo fueron necesarias dos diosas, poderosas y féminas. De todos los demás, a estos efectos, a mi juicio se hubiera podido prescindir. Si no se hizo, fue probablemente por el barroquismo de la imaginación popular, y porque lo esencial solamente se tamiza por el paso del tiempo. Por otro lado, los humanos, no nos caracterizamos por ahorrar energía en fundamentos esenciales, sino que a menudo derrochamos recursos físicos e intelectuales, ingeniando tramoyas sin más objetivo que el gusto por la retórica y las formas complejas de la imaginación. Esto era así ya en el mundo antiguo, no solo por la creación de dioses de poco fundamento o sentido, sino por los testimonios escritos que nos quedan de ejemplares oradores y políticos romanos, para los cuales tan importante y primordial era la exposición de la formacomo la cuestión de fondo que trataban de transmitir.

Las diosas esenciales, fueron Palas Atenea (denominada así en Grecia), y Minerva (en Roma), y la Artemisa griega, llamada Diana en el mundo romano. Me quedaré con la denominación romana, por ser más próxima en el tiempo. Minerva era la protectora de la ciudad, la diosa de la inteligencia, de la ciencia, de los artesanos, poetas y maestros. Representaba la fuerza de la razón, pero también de la guerra, era una diosa constructiva o destructiva, en función de la razón y la inteligencia, en contraposición a otros dioses, meramente destructivos, caprichosos e irracionales. Diana, era la diosa de los bosques, de la naturaleza, de la noche y de todo lo oscuro, como divinidad que recorre de noche las montañas, se la creía una personificación de la Luna. Era la diosa de todo lo incontrolado por las fuerzas de la razón, la diosa de la caza, de las fieras, señora de los animales, pero también de las mujeres, y de los esclavos. Diana como símbolo de todas las fuerzas oscuras, no era una diosa pacífica , sometida, y servil; era guerrera, a veces despiadada, que castigaba con dureza a sus enemigos, del mismo modo, promovía la construcción y la vida. Ambas diosas guerreras y protectoras al mismo tiempo, pueden explicar, sin otros dioses, los acontecimientos del mundo clásico y en concreto de Roma, podrían incluso, explicar los aconteceres del presente , y presumir, de un modo aceptable, el futuro.

Como guerreras, vestían como tales, y Minerva, a pesar de que los animales no eran su ámbito de protección, tenía como símbolo o atributo un búho o lechuza, ave rapaz nocturna, capaz de ver y moverse en la oscuridad, símbolo en el que coincidía con Diana al representar con él el ámbito de la caza, de las fieras y del mundo ausente de luz.

Se dice que las leyendas tienen parte de realidad histórica, y parte de invento e imaginación popular, es decir, de literatura. Cuando Roma fue erigida por campesinos, fue según la leyenda fundada por Rómulo y Remo, dos gemelos que habían sido abandonados en el campo, y que fueron amamantados y criados por una loba. Los lobos son símbolo tradicional de bestialidad, al mismo tiempo, por su capacidad de ver en la oscuridad, símbolo de luz e iluminación espiritual. En el mundo antiguo era costumbre abandonar a los recién nacidos no deseados por la civilización en el bosque, como lo eran en Grecia aquellos que por cualquier causa, origen, malformación o enfermedad no eran aceptados en la ciudad- estado. Vivían por tanto en el bosque los niños abandonados que lograban sobrevivir, así como los grupos de exiliados forzados por el “estado”, por el ostracismo, o por su necesidad de sobrevivir dada su condición rebelde hacia el “estado”. Siempre me quedó la interna duda de si la “Res publica” (República) romana no fuera revolucionaria en su día, al ser fundada por dos niños abandonados en el campo, como me quedó la duda, si aquella generosa y magnífica loba no fuera realmente su madre, vista por los otros como un animal, fuerte, astuto, fiero. Un animal humano, llevado por el exilio y la irracionalidad de la “civilización”, a la vida en el bosque, e incluso dudo, que la loba animal humano, estuviese sola. Probablemente Roma nació del exilio y de la marginación. Al instaurarse Roma, tampoco desaparecieron los Dioses, como ya dije, Palas Atenea, pasó a llamarse Minerva, y a la diosa de la noche, los bosques, las fieras, las mujeres y los esclavos, (es decir de todos los que no formaron la esfera política, económica, militar y machista) la llamaron Diana. De ese modo, Roma nació como una República (cosa de todos), y fue por los efectos de la banalidad, de la irracionalidad y de la corrupción, convirtiéndose progresivamente en un Imperio, lesionando con toda su retórica aquellos principios por los que fue fundada. Traicionaron a la loba capitolina, a Rómulo y a Remo, a las ocultas masas diluidas en los bosques; a los maquis de la edad antigua. No cayeron las civilizaciones por ellos instauradas sino por la sinrazón en forma de arrogancia, de imperio, de dominación, de lujuria, de excesos de poder, de depravación, de contradicción; es decir, de crisis. De todos los dioses, fueron a mi juicio las diosas esenciales, Minerva y Diana, las traicionadas. La primera porque en toda la historia de la decadencia de Roma, la actitud más constante es la de irracionalidad y decadencia en la cultura, y la segunda, porque habiéndose instaurado Roma con grupos de excluidos, se convirtió en una maquinaria de dominación, en una máquina de someter pueblos y de fabricar esclavos.

Es de suponer, que Minerva, salvó cuanto pudo de la cultura, de hecho, nos han llegado obras de arte, escritos y testimonios. Es de suponer que en los vuelos nocturnos de su lechuza o búho, y a través de este enlace, estuviera en contacto con todas las fuerzas y elementos de los grupos afines a Diana. Que fueron estos grupos los que fueron convirtiendo el latín, a lo largo de los siglos en diferentes lenguas, por las que hoy hablamos, escribimos y pensamos. Con el tiempo, estos grupos se extendieron también por las junglas urbanas, donde sobrevivir era aún más difícil, reunirse de noche ocupando las catacumbas de los muertos, entre los muertos, para esperar “la Vida”. Eran los cristianos, vistos del mismo modo como fieras, como enemigos y como delincuentes, perseguidos por querer cambiar el sistema, por ser subversivos contra el poder. Arrojados a las bestias, para ver si su Dios los salvaba, mientras en los circos y teatros, servían de espectáculo al Imperio. Nunca llegaron a instaurar su prometido reino, y si lo hicieron, pronto las huestes de los dioses banales de la corrupción y de la banalidad lo convirtieron en el actual imperio-estado Vaticano.

La historia de liberación de la humanidad, en general, de todos los hombres y mujeres, es la historia de un sinfín de fracasos, seguidos de interminables treguas.

Hoy, me apresuro a salir a nuestras “civitas”, a ver si encuentro algún vestigio de la legendaria lechuza de Minerva por algún lado, y con el mero afán de pedirle auxilio, pero el afán es en vano, como ave nocturna y sigilosa, puede ver en la noche, sin que nadie la vea. Tampoco se en que lugar andan los marginados de este tiempo en derrumbe, perdidos por los montes del silencio, si Diana, los vigila, los protege y ampara. O si solo están ahí callados y sobrevivientes, en el caso de que lo consigan. No se si hay algún indicio de primaria organización entre ellos. Ni si las diosas, caso que no hayan muerto, han vuelto a cambiar de nombre, mientras las fieras humanas y animales planean concienzudamente estrategias con la ayuda de Minerva convertida en rapaz. Hasta es posible, que algunos aún crean en el sistema, que consideren que es posible la regeneración del mismo, seguramente porque , tenemos Congreso o Cámara Baja o del pueblo común (y bajo, se sobreentiende), y Senado o Cámara Alta ( de la aristocracia o pueblo alto) y nos autodenominamos sistemas democráticos, porque se vota. También las ciudades de Grecia y de Roma lo eran, pero tenían en los bosques, a todos los excluidos, y dentro de las ciudades, a las mujeres, y los esclavos. Ninguna novedad existe en nuestro Derecho, ni público ni privado. Solo nuevas figuras con denominación anglosajona como “Renting” o “Leasing”, crean la ficción de innovación jurídica, pero son perfectamente encuadrables en las viejas figuras romanas. Algunos creen que las ONGs son algo nuevo, pero se encuadra en la vieja idea de fundación para protectorado de algún arte, ciencia, o bien espiritual o social, que a lo largo de los siglos recibió en nombre en todo occidente de “Ateneos”, en honor a la diosa Palas Atenea griega, después llamada Minerva, en Roma. No parece que Roma tuviera recuperación o regeneración desde dentro, a pesar de los bien intencionados esfuerzos de muchos, ni siquiera de las bibliotecas, institutos, escuelas, o artistas romanos. Ni tan siquiera sirvió la no persecución de los cristianos a partir del siglo IV. A pesar de los esfuerzos de las artes y la razón, Roma se desmoronó en sucesivos, aunque lejanos en el tiempo nuevos intentos de hacer participar de la “ciudadanía” a los otrora excluidos de ella. No sirvieron los esfuerzos de “institucionalizar” las buenas intenciones, (hoy llamadas ONGs), siempre fracasó, llamándose de un modo u otro, en un territorio, o en otro del planeta, y su fracaso fue generar excluidos o “fieras” por la maquinaria de su propio sistema, la razón abandonó decepcionada las instituciones y los cargos, y estos fueron ocupados por la irracionalidad, el interés particular, la mediocridad en forma de ambición y de corrupción generalizada, de “sálvese quien pueda, llevándote cuanto esté en tu mano, y apoltrónate en el poder salvo que por una puñalada te saquen de él”. Me pregunto si Minerva no abandonó, custodiando cuanta cultura pudo, para dar la oportunidad a las huestes de Diana de empezar de nuevo, en una nueva ocasión, integrada por sus protegidos, también los animales y los bosques, es decir, por el medio ambiente. Me pregunto si eso mismo no lleva un tiempo, ocurriendo ya, ahora.

Hemos avanzado en tecnología, pero ni un solo ápice en derecho o en humanismo. Los pilares de la incontestable economía siguen siendo los mismos: la guerra, la producción de armas, y el privilegio y bienestar de muy pocos costeada con la esclavitud, la servidumbre, y el trabajo cada vez peor remunerado y menos digno, de casi todos. Y la brecha, cada vez es mayor. Cada vez la ofensa a todo tipo de fieras es más palpable: a las humanas y a las animales, la lesión de sus derechos cada día es más sangrante. Diana espera, pero su venganza puede ser terrible.

Puerta del Sol de Madrid, Movimiento 15M a día 31 de mayo de 2011.

Podemos, sí, aquellos que nos sentimos privilegiados por el cultivo de las ciencias, la cultura o las artes, aquellos que todavía podemos creer en la regeneración, (por todo un rosario de artículos, proposiciones , firma de manifiestos y medidas de buena intención), crear o adherirnos a una ONG, o Ateneo de Poesía. Podemos lograr que el sistema sufrague los gastos de salvar lo que podamos en cuanto a lo que arte o poesía se refiere, difundiéndolo para que llegue a las huestes de Diana. Con ello haremos parte de lo que está en nuestra mano. Pero solo parte, solo si nuestro espíritu se convierte en búho, o en lechuza de Minerva, saliendo de donde estamos, para emprender el vuelo al anochecer y sobrevolar los campos, conviviendo con todo tipo de fieras, amorosas y nobles de principios, podremos formar parte de la esperanza o de la solución. Y la posible solución lleva en sí misma el germen del fracaso, porque fracasará cualquier artificio social o jurídico que no evite la creación o generación de marginados en su propio seno, y eso es algo que hasta hoy, nunca se ha inventado. Como no se ha inventado, un mecanismo genético infalible de eliminar el cáncer. Solamente dos diosas, a lo largo de la Historia, han destruido o construido en función de la utilidad de su misión, no la cultura, sino los imperios, para que participen de la ”Res Pública” las fieras, en su intento de hacer mas participada una democracia estática e impenetrable, convertida por estos mismos caracteres invariablemente en Imperio, sea éste o cualquier otro su nombre.

¿Quien buscará hoy a la Razón Minerva, protectora de la civilización y del estado, en el reguero de leyes putrefactas, entre los expedientes procedimentales que se apilan polvorientos en los Juzgados, ni en los organismos que las leyes reconocen y amparan, ni en las estructuras jurídicas nacidas bajo el manto de la dominación, de la violencia en diferentes formas, de la falacia como forma de vida, de la legitimación del abuso y de la humillación?. ¿Quien dentro de cualquier esfera de la mole herrumbrosa y decadente que legitiman en si mismas el ostracismo de aquellos que “quieren lo imposible”,a juicio de una “ciencia” económica creada y bendecida por el único poder?, ¿Quien, entre los foros económicos y empresariales, que articulan con sus prácticas el allanamiento del individuo a través precisamente de un sistema que exalta la individualidad para y por el consumo, precisamente mientras la aniquila?, ¿Quien podrá encontrarla entre artificios de estafa colectiva , con cobertura jurídica de negocio ruinoso, de no regulación en aras a la libertad de mercado, para mejor oprimir a los pueblos, alienar individuos y destrozar el medio ambiente?. ¿Quien, la hallará entre aquellos autodenominados por si mismos y por el sistema, artistas, vividores de las rentas de su creación, peticionarios de cánones para sufragar su inacción, que no recuerdan nunca, seguramente de un modo deliberado, de donde tomaron la materia, el recuerdo, la inspiración y la enseñanza para crear?, ¿Acaso de esos mismos a los que desean cobrar los cánones de propiedad multiplicados pon infinitas vías?, ¿Qué canon vitalicio y exorbitante les ha cobrado la sociedad por esa enseñanza?. Aunque la busque, no se donde, ni como está Minerva, pero tengo la certeza de que está viva, de que frecuenta muy poco el Olimpo de los privilegiados, y de que guarda y preserva cuanto puede, y espera.

Puerta del Sol de Madrid, Movimiento 15M a día 31 de mayo de 2011.

Pocos, como ella, pueden vivir en la degradación sin degradarse. La poesía y el mito popular de la “oscura” Edad Media tenía la creencia de que había un animal capaz de vivir en el fuego sin quemarse: la salamandra, era por ello símbolo del ser humano justo, capaz de vivir entre el fuego de cualquier depravación sin corromperse. Occidente, sabe por tanto, desde hace muchos siglos que la corrupción es innata a la naturaleza humana, y sabe, que debe, a toda costa evitarla para no perecer. El hombre en la Edad Media, toma como símbolo de superación a Jesús, (Cristo), inmune a cualquier tentación del mundo.

En Oriente, algunas escuelas budistas, aún esperan a un buda que aún no ha nacido (a un hombre superado a sí mismo, porque el budismo es una religión atea -sin dios-, cuyo objetivo es el despertar , la iluminación o vigilancia, en el sentido de estar alerta, del hombre; al conocimiento y sabiduría suprema). El futuro Buda, “El Despierto” que aún ha de venir, inaugurará una era caracterizará por la hermandad y la justicia entre los pueblos. Vendrá, una vez haya desaparecido por corrupción el Dharma (sistema espiritual de creencias y de sabiduría, articulado de un modo tangible: el sistema legal existente), y vendrá a restaurarlo, pero no vendrá antes de que el Dharma se haya deteriorado hasta el punto de quedar destruido.

Me enseñaron que el mito era el único conocimiento antes de la existencia del logos, (Razón o Lógica) como ciencia probada en cuanto a empírica y experimental como tal. Que las primeras experiencias científicas buscaron su respuesta y su inspiración, sus hipótesis intuitivas para la deducción de los hechos probados, del mito. El mito, la poesía, fue la primera filosofía, la primera religión y la primera ley. Al principio todo conocimiento era mito. No pudieron surgir las ciencias, las artes o las letras sin él. Es mito toda explicación o propuesta de lo desconocido, cuando no se conoce la forma de explicarlo, articularlo o crearlo de un modo racional.

Hoy, la tecnología y las ciencias empíricas viven en el logos, pero las humanidades, las ciencias sociales económicas y políticas, amordazadas por la inflexible “economía única”, con antifaz de ciencia, siguen aún en el mito. Siguen siendo necesarios los poetas, los filósofos y los artistas, que inventen, y expliquen con metáforas lo que aún no sabemos crear, explicar ni articular. Siguen perteneciendo los poetas al mundo de Diana, oscuro, animal e irracional, a la loba luminosa, tan fiera como protectora de los débiles, aunque Minerva también los protege. Sabe, que de ellos saldrá la inspiración para lo necesario, cuando llegue el momento de volver a construir, para probar con ciencia lo que fue una hipótesis en forma de metáfora. Cuando llegue el momento de volver a construir, de nuevo, lo harán los protegidos por las dos diosas esenciales. El “genio romano”, expresado en su sistema práctico legal, tanto en las esferas pública como privada, aún no ha sido superado. Tenemos ante nosotros el reto de poderlo hacer, la obligación de intentarlo, y la responsabilidad moral de lograrlo. Si se encuentra el camino, lo haremos con el logos, y ya sabemos que el único posible es la participación en cualquier ámbito de cultura y de poder de todos, con mecanismos que eviten de un modo sistemático, la existencia y proliferación de excluidos.

Puerta del Sol de Madrid, Movimiento 15M a día 31 de mayo de 2011.