PÁGINA DE NOTAS LITERARIAS
 
Mª ANGELES FERNANDEZ JORDAN
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PREMIADOS 2018 CONCURSO CÍRCULO INTERNACIONAL DE NARRADORES Y POETAS DEL MERCOSUR
 

En 1984, durante el COU. (Curso de Orientación Universitaria), decidí que poco importaba los estudios que emprendiera, porque « Primeramente hay que ser poeta, y ser poeta es no ser lo que eres... » y así me licencié en Derecho, en la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRID, comprobando tras años de práctica, lo cierto y lo vigente de la frase del filósofo romano (nacido en Bética, península ibérica) Lucio Anneo Séneca: "Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad". He comprobado, tras años de experiencia profesional y vivencial, que la poesía no solo cura llagas y adormece el dolor en el presente, sino que es, mientras exista, el horizonte claro del futuro. Madrid Febrero de 2010. (Texto de la autora). © Mª Ángeles Fernández Jordán

POEMAS DE MARÍA ÁNGELES


(

 

Yo pinté una vez primera
un garabato feliz,
y me fui a llorar apenas
vi aquello distinto a mi.
Por vez segunda pinté
un lago sobre aquel llanto,
y lo hice mar al querer
extinguirlo con mi canto.
Quise dejarlo ya quieto,
y lo até a un punto sobre él,
y pinté el sol, el silencio,
la nube, el atardecer
mi sombra y mi pensamiento,
y mi duda, y mi quehacer...
y al emborronarlo todo
de negro y de oscuridad,
pinté a Dios que simulaba,
mientras soñaba, pintar.

1986 © María Ángeles Fernández Jordán

 

SER

 

Yo no se que es lo que pasa

en esta tarde de otoño,

luce el sol, se mueve el plomo

diseminado del viento,

y los árboles desarman

su soledad.

Caen las palmas

de sus manos resecadas

sobre la tierra: cimiento

de tanta raíz informe

de vegetal y cemento.

Faltan horas... Se verá

la Luna sobre los cielos,

como la diosa inmortal

de todos los que aman sueños.

Mas luce el sol, yo no se

ni siquiera lo que ocurre,

si es que ocurre, veo nacer

cada noche.

El mar me infunde

su ser, porque el agua es

la esencia de lo que vive.

Y yo vivo, lo que se,

es vivir y renacer,

y solo ser me hace libre.

Eso es ser, saber que eres

solo un segmento del tiempo,

un grano de arena inerme

y perdido en el desierto.

Un ala leve que al alba

avala al ave en su vuelo.

Un rayo de luz huido

entre las rejas de hierro.

Eso es ser: porción de trueno

que destrona la apatía

del silencio, del sosiego...

Pues ser es saber que muero

disfrutando la partida,

sin saber si existe un cielo,

y tan repleta de vida.

© María Ángeles Fernández Jordán, Octubre de 1993



 

 

 


PRIMAVERA

Ya comenzó por hoy la primavera,

cayó la última hoja amarillenta,

y el cielo recobró su soñolienta

espera.

Por un principio indefinido ahora

ya comenzó de nuevo.

La primera vez que hubo en el mundo primavera,

desde mi inexistencia yo sentía

renacer en las flores la gran fiesta

que asistía a todo el mundo.

Yo era la Cenicienta

desde mi deficiente ser de Nada.

Recuerdo, vestirse todo el orbe

de hojas coloreadas,

de luz y de sentido,

de risa y de palabra,

en ese mundo largo que era todo

en frente de mi mundo de nonada.

Yo miraba el lugar inalcanzable

desde mis ojos huecos lo sentía,

desde mi piel de tierra lo adoraba,

mas yo era espectadora del Dios vivo,

ajeno de ese ser que tanto amaba.

Pasaron primaveras en milenios

y yo permanecí siempre en el viento

sobre una nube holgada, enternecida,

contemplándolo todo en el silencio.

Era siempre el invierno

el más eterno de mis tiempos.

Un día, no se que sucedió

parecí desmayarme

y comenzar un sueño:

vivía en el vientre de mi madre

que como un hada buena permitió

que asistiese a la fiesta con su sangre.

Inexplicablemente aparecí

en ese mundo largamente alegre

que yo miraba siempre desde mi.

Había nacido yo con ojos llenos,

con palabra, con risa, con amor,

con un llanto en las manos, con la pena

de haber dejado en parte de ser yo.

Había nacido yo, en el jardín

de tanta flor repleta de armonía.

Abrí los ojos en el mes de abril,

ojos de primavera renacida.

Mas no era para siempre,

yo era un ave de paso,

un clavel sonriente

que luego se marchita en hondo lago.

Pues yo era parte de la primavera.

Soy parte de los cantos que la esperan.

Cuando deje de estar aquí estaré

de nuevo en esa nube de azabache,

contemplándote siempre desde cerca

mas sin manos para poder tocarte.

Igual que antes veré

vestirse todo el orbe

desde mis ojos huecos sin mirar

veré la fiesta enorme...

Mas no temas por mí yo me hallaré

en el cráter de Luna más cercano,

contemplándote siempre esperaré

en mi invierno de cenizosas manos.

Cuando suene la última campanada

y todo el sueño se haya desvanecido

dejándome el amor desperdigado,

él llorará por mí, y me habré ido,

con los ojos abiertos, recordando.


Marzo de 1986.© María Ángeles Fernández Jordán


 
ROMANCE DEL HOMBRE


 El hombre escribe un romance

sobre su mente, en La Tierra,

y deja en la Historia huella

de lo que el romance es:

Romance del hombre solo

que llegó a cruzar el mar

a nado, y cuando lo hubo cruzado

dijo no saber nadar.
 

Romance de la sirena,

posada siempre en la piedra,

que tenía miedo a volar,

y lo que más anhelaba

del cielo, eran unas alas

para nadar en el mar.
 

Y el romance de la rosa

que quiso ser mariposa,

para posarse en las hojas

tan bellas de su rosal. 

Y el romancero del llanto

del que susurra el encanto

del amor que se le va,

y teniéndolo él asido,

en el corazón prendido

se quita de sí ese nido

para tener que llorar... 

Romance de la belleza,

destruida pieza a pieza,

para volverla a crear.
 

Octubre de 1993.© María Ángeles Fernández Jordán  

 

OPRESIÓN SILENCIADA

Una letra ve pasar

letras y letras cansadas,

letras que forman mil nombres

y afirmaciones negadas.

Una frase ve pasar

por mi mente solitaria,

letras que pasan y van

a formar una palabra.

y esa frase ya tan vieja,

tan vilmente desechada,

desterrada entre la idea

ideada por el alma,

va, se para, se interrumpe,

se construye y se compara,

y se vuelve a destruir

solitaria, inacabada.

Y nadie me da respuestas.

Son tormentas de palabras,

letras que pasan, que van

por mi mente fracturada.

Y nunca nadie contesta

si vio nacer de las almas

la palabra libertad,

en mentes esclavizadas.

Si alguien se llegase a mí

y dijese: "¿dónde andas?,

transige con el sentir,

y oponte a lo que sea nada",

tal vez la frase de mi

acongojada garganta,

brotase así, a borbotones,

ideas sin palabras falsas.

Ideas que no tienen nombre,

frases inarticuladas,

silencios formando ruidos,

palabras sordas, palabras...
 

Junio de 1982.
© MaríaÁngelesFernández Jordán



 

PALABRA
 

¿Sobre que quieres que escriba

si estoy sentada en la celda

monótona de mi vida?

Puedo contar los luceros

que inauguran en la noche

de la oscuridad, un sueño,

cogerlos si quieres, puedo,

prolongar mis cortos brazos

y bajarlos hasta el suelo.

Puedo si quieres pegarlos

como cromos en mi álbum,

si se repiten cambiarlos

o de nuevo trasladarlos,

pero escribir sobre nada...

¿sobre qué quieres que escriba

si estoy sentada en la celda

monótona de mi vida?,

escribir si quieres, puedo,

un poquito de Universo,

y destilar una esencia

de nada en mi pensamiento,

pero escribir yo no quiero

sobre la nada baldía,

sobre la nada que encuentro

en cada espacio de Vida.

En cada vuelta va un día,

te vas llenando de nada,

de recuerdos, de mentiras,

de imágenes imborradas,

y después te desvaneces

como una pompa de nada,

y la nada inunda el aire,

los mares y las palabras.

¿Escribir sin la palabra?

Se haya presa en el infierno

debo de allí secuestrarla,

pero estoy en esta celda

de rejas inmateriadas,

de un puño se escurre el aire,

de otro se me escurre el agua,

y se quedan los dos puños,

ambos sujetos de nada,

mientras la palabra sigue

en el infierno encerrada.

La palabra son las voces

que suenan desde la vida,

la palabra es el sonido

de realidad desmedida.

Y debo escribir, si puedo

apenas sin la palabra,

para borrar los infiernos

en que se encuentra encerrada,

y debo vivir si puedo

emerger desde la nada,

como un fénix o ave herida

y siempre resucitada.

La palabra no es mentira

o grita, o calla y perece

cuando se encuentra cautiva,

pero nunca resplandece

entre cadenas y espinas,

entre barrotes y heces.

Y debo serrar las rejas

de celdas y de murallas

donde se encuentra cautiva

con las mentes, apresada. 

Octubre de 1992.© María Ángeles Fernández Jordán

Poema publicado en la Revista  del Grupo Literario Encuentors
Nueva Época, Nº 8,
segundo semestre de 2011, página 17:
https://es.scribd.com/doc/75105332/Revista-Encuentros-Nueva-Epoca-N%C2%BA8-2%C2%BA-semestre-2011


 



DIMENSIONES



Es el amor más grande

que el círculo del mundo,

que el mar cuando iracundo

levanta tempestades.

Es el amor más grande

que tu ombligo y el mío,

que el Universo hundido

en las profundidades.

Porque amor es el hilo

hilvanado en la vida,

carece de bolsillos

de sillones y sillas.

Porque amor es la letra

penetrada con beso,

ni dice son lentejas,

ni castiga con eso.

Porque es la libertad

amante y libertaria,

anarco sensitiva,

social y solidaria.

Es palabra encendida

en todas las empresas,

en que todos deciden

con qué letras se fresa.

Y no tiene dominio,

ni ejerce la amenaza,

su poder es el brazo

que con calor abraza,

que a veces se reposa,

y a veces se levanta,

con fuerza de Universo

las cadenas desata.

Y nos liberaremos

con el amor en mano,

con el amor en frente,

con el amor en labio.

Y nos libertaremos

de la lucha infortuna,

de pisar a tu hermano

para cavar tu tumba.

Con almas concurridas,

con el amor sencillo,

de todos los humildes,

y todos los sencillos.

Marzo de 2000 © María Ángeles Fernández Jordán


(Campos después de la siega en Madrid, España)
 



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Poemas dedicados a María Ángeles
Poema dedicado a María Ángeles Fernández Jordán por la escritora Marian Muiños Muiños: Si fueras un hombre, con tu perfil romano... serías soldado. Tan osad@ serías, que en vez de luchar por el César, lucharías, sí, contra la pobreza que impunemente nos pesa como espada en la cabeza, cual Damoclecracia, por la obra y por la gracia de tu talento, poeta. Autora: Marian Muiños Muiños Muiños
 
" Ni el amor ni la vida son eternos. El instante en que confluyen, es la eternidad." © Mª Ángeles Fernández Jordán http://angeles-fernandez-jordan.es.tl/ Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
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